viernes, 23 de marzo de 2018

PRÁCTICA 11: NORMAS BÁSICAS EN INFANTIL Y RUTINAS A TRABAJAR


En la presente práctica, se comentará las normas básicas o hábitos y rutinas que debe seguir el alumnado de Educación Infantil para el correcto asentamiento de las bases de los aprendizajes.

Para comenzar, me gustaría definir los términos de rutinas y hábitos del modo que lo entendemos desde Educación Infantil. Por ello, desde una visión global entiendo que las rutinas son todas aquellas actividades que realizamos diariamente de forma regular, periódica y sistemática con un carácter necesario. Por otro lado, los hábitos son los modos de actuar que aprendemos y/ o adquirimos con la intención de satisfacer nuestras rutinas y que, a través de ellos, nos sentimos con más seguridad en el modo de actuar ante distintas situaciones. 

Es por ello, que desde la etapa de Educación Infantil se hace hincapié en instaurar una serie de rutinas y hábitos adecuados para el alumnado, lo que les puede permitir desempeñar una serie de funciones importantes en relación a la configuración del contexto educativo mediante la secuenciación espacio-temporal de las aulas a través de la repetición de diversas actividades y tareas. Todo ello, lo contempla el Decreto 38/2008, de 28 de marzo, del Consell, por el que se establece el currículo del segundo ciclo de la Educación Infantil en la Comunitat Valenciana, en el que se establecen las enseñanzas mínimas que el alumnado debe adquirir a través de 3 áreas curriculares a trabajar. 

Por tanto, para promover la adquisición progresiva de la autonomía en las actividades habituales del alumnado, las principales funciones que desarrollaríamos al trabajar rutinas y hábitos en educación infantil son:

⇨Ofrecer un marco de referencia, ya que una vez que se ha aprendido la correspondiente rutina, el niño o niña es capaz de concentrarse en lo que está haciendo sin pensar ni preocuparse en lo que vendrá después.

⇨Generar seguridad, dado que se trata de una actividad conocida por quien la realiza.

⇨Actuar como indicador temporal, puesto que aporta una percepción sensorial de los distintos momentos en los que debe efectuarse la actividad permitiendo saber qué es lo que hay que hacer antes y qué después.

⇨Potenciar procesos de captación cognitiva, referida a las distintas estructuras que presentan las diferentes actividades a realizar.

⇨Desarrollar virtualidades cognitivas y afectivas a nivel metodológico con motivo de las posibilidades de aprendizaje posterior que tendrán los niños y niñas respecto a la adquisición de estrategias de planificación y organización de los aprendizajes.


De este modo, considero las rutinas como puros aprendizajes que contribuyen a una mejora de nuestra capacidad cognitiva, por lo que se trata de procesos que el alumnado debe aprender en el aula y la familia deberá tenerlo en cuenta para establecer rutinas similares en el hogar para contribuir al óptimo desarrollo integral de los niños y niñas.  

Sin embargo, como todo aprendizaje, y más tratándose de niños y niñas de Educación Infantil, resulta necesario fijar unas pautas metodológicas que contribuyan a organizar y sistematizar estos aprendizajes adecuadamente siguiendo siempre el mismo orden en las actividades y mencionando claramente y con cierta frecuencia por parte de los maestros y maestras el nombre de la rutina a trabajar. También, podría ser interesante establecer un signo explícito que marque la transición de una fase a otra para que el alumnado identifique claramente el cambio de actividad que va a producirse.


En cuanto a la secuencia ideal para el aprendizaje de rutinas y hábitos en esta etapa educativa, resulta importante incidir en que debería incluir distintos tipos de actividades para promover la generalización de los aprendizajes a entornos no estrictamente educativos. Estas actividades podrían ser:

⇨Individualizadas, en pequeño grupo y en gran grupo.

⇨Realizadas independientemente por el alumnado.

⇨Apoyadas por el profesorado o los adultos.

⇨Con implicación de desgaste físico y de quietud y relajación.

⇨Realizadas en entornos de interior y exterior.

⇨Relacionadas con la limpieza propia y de la clase.


Por otro lado, me gustaría destacar que las rutinas en Educación Infantil no deben trabajarse como elementos rígidos e impositivos, sino como procedimientos de estructuración ya que contribuyen a crear un contexto de seguridad a través de la conservación y mantenimiento de pautas. De este modo, cuando los niños y niñas se vayan adueñando de las actividades habituales, irán ganando en posibilidades de introducir matices para su realización. Es en esta dinámica de flexibilización de pautas, e incluso en las dificultades ocasionales que se les puedan presentar, dónde aportarán sus propios aprendizajes y formas de resolución, con el objetivo de que poco a poco mediante el proceso de enseñanza-aprendizaje vayan desarrollando al máximo sus capacidades. 


Por ello, destacaré los principales hábitos y rutinas que se deben trabajar en Educación Infantil:

La entrada: este momento es clave para el desarrollo del día. Se recibe con afecto y alegría al alumnado. Deberemos transmitirles confianza, comunicarles aspectos de interés o escuchar lo que se nos dicen será fundamental para el resto del día.

La asamblea: una vez que hemos entrado en clase, realizamos la asamblea donde pasamos lista para ver quién ha venido y quién no, y entre todos hablamos sobre algún tema que proponga el alumnado. 

Momento de higiene personal: lavarse las manos, el aseo, etc se convierte en un momento muy importante que el alumnado debe tener muy presente.

El juego: tanto en el aula como en los patios de juegos o psicomotricidad es el momento propicio para el desarrollo del juego libre, momento de tomar decisiones, intercambio de juguetes con los compañeros, iniciación a la comunicación, resolución de conflictos entre otros,… Representa un momento para el esparcimiento y la diversión, bien individual o colectiva.



La comida: momento de respetar las pautas del comedor: permanecer sentado, mantener puesto el babero, esperar la comida, poco a poco adquirir mayor autonomía y comer solo, pasar de la comida ligera a incorporar primeros sólidos. Una dieta sana y equilibrada y unos hábitos de higiene son los fundamentos de este momento del día.

El sueño: la siesta y descanso tras haber comido y haberse aseado, un descanso del juego, de la actividad y un reconfortante sueño para “recargar pilas”. Acompañar de palabras afectuosas, de su chupete, de un entorno cálido, con música relajante, instrumental serán claves en este momento del día.



El aseo: tras el sueño, debe haber nuevamente aseo (peinarse, ponerse colonia,…). 

La merienda: los niños y niñas que salen a la tarde, meriendan, se asean y realizan diferentes actividades hasta que llegan los padres, tales como: psicomotricidad, juego libre, pintura, etc.

La salida: En este momento se comenta a padres y madres cómo ha ido el día, se entrega la agenda rellena y se recibe información.


En definitiva, en educación infantil es esencial el mantenimiento de la rutina, ya que es la base fundamental para la adquisición de la autonomía y el aprendizaje de valores en el aula. Aprender hábitos y rutinas es para los niños una forma de ordenar, programar y adquirir hábitos de autonomía, responsabilidad, bienestar y establecer una relación adecuada con los otros niños dentro de la escuela infantil. La rutina ayuda al alumnado a comprender y aceptar las normas sociales, a respetar a los demás, a cuidar el material, a apreciar el valor de las cosas. Muchos de los principios que enseñamos a los niños se aprenden más fácilmente haciendo todos los días las mismas cosas.

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